Los tumores renales cada vez son diagnosticados en fases más tempranas gracias al acceso a pruebas de imagen como la ecografía. La mayoría de los tumores renales son diagnosticados de manera incidental cuando se realiza una prueba de imagen por otra causa.
Gracias a este diagnóstico precoz los tumores renales suelen tener un tamaño pequeño cuando se descubren. Esto nos permite realizar cirugías cada vez más conservadoras que evitan la pérdida del riñón y del parénquima renal funcionante. La cirugía robótica nos permite mejorar los resultados de este tipo de cirugías conservadoras de riñón gracias a sus múltiples ventajas en comparación con la cirugía tradicional.
El robot da Vinci no solo ha demostrado optimizar los resultados de los tratamientos quirúrgicos de las patologías oncológicas como el cáncer de próstata, riñón o vejiga, también ha demostrado mejorar los resultados quirúrgicos en procedimientos reconstructivos (como el tratamiento de la estenosis de la unión pieloureteral, los prolapsos de suelo pélvico, etc).
¿Qué es y en qué consiste la cirugía robótica?
La cirugía robótica se realiza mediante el sistema quirúrgico robótico clínico Da Vinci Xi. Este robot consta de tres partes fundamentales, la consola, los brazos robóticos y la torre, todas ellas se encuentra conectadas entre sí para funcionar como un sistema unitario. El cirujano realiza la cirugía desde la consola, en ella consigue tener una visión tridimensional del interior del paciente y los movimientos que realiza en los mandos de la consola se transmiten a los brazos robóticos que se encuentran en el interior del paciente. Estos brazos portan los instrumentos robóticos que reproducen los movimientos precisos del cirujano. La torre posee a su vez una pantalla por la cual el ayudante quirúrgico observa la cirugía y le permite ayudar durante la misma.
Los accesos para la cirugía robótica son similares a los de la cirugía laparoscópica, la diferencia fundamental es el rango de movimiento del robot da Vinci, que se asemeja al de la la mano del cirujano.
Cirugía para tratar el cáncer de riñón
El principal tratamiento del cáncer renal es la cirugía. Con ella se consiguen unas tasas muy altas de remisión de la enfermedad y en la mayoría de las ocasiones no es necesario aplicar otros tratamientos. La cirugía del cáncer renal consiste en quitar el tumor renal preservando el resto del riñón sano (nefrectomía parcial) o en los casos en los que esta no sea posible sería necesario quitar todo el riñón (nefrectomía radical).
¿Cuándo se debe recurrir a la nefrectomía?
Existen otras opciones de tratamiento para el cáncer de riñón como son por ejemplo la ablación percutánea o incluso en algunos casos muy seleccionados se puede realizar una vigilancia estrecha sin necesidad de realizar ninguna intervención sobre el tumor. Sin embargo, cada caso debe ser individualizado y el tratamiento debe ser adaptado para cada paciente. A pesar de todo ello la nefrectomía sigue siendo hasta ahora el tratamiento más efectivo para tratar los tumores renales.
La cirugía de riñón no solo se realiza en casos oncológicos, también es necesaria para tratar patologías benignas, riñones lesionados o incluso previo al trasplante renal.
Nefrectomía radical
La nefrectomía radial consiste en la extirpación completa del riñón. Esta técnica se reserva para casos en los que no se puede realizar una cirugía conservadora del riñón. También es necesaria en algunas patologías benignas como la anulación funcional de un riñón o incluso por tumores benignos de gran tamaño.
La técnica quirúrgica consiste en seccionar los vasos que nutren el riñón y el uréter. La pieza quirúrgica se extraerá a través de una incisión en el abdomen.
En la mayoría de los casos el abordaje quirúrgico preferido para realizar esta cirugía es la laparoscopia, pero en casos seleccionados es necesario realizarla mediante una incisión tradicional (cirugía abierta).
Nefrectomía parcial
La nefrectomía parcial consiste en extirpar el tumor renal por completo preservando a su vez la mayor cantidad posible de tejido renal sano. Gracias a ello, se consigue conservar mejor la función renal, evitando así la necesidad de diálisis. Es la técnica de elección para los tumores renales de pequeño tamaño, diagnosticados en sus inicios.
La técnica quirúrgica consiste en cerrar temporalmente el flujo de la arteria renal para realizar la exeresis del tumor y posteriormente suturar el defecto que queda.
Es importante saber que a pesar de someterse a una nefrectomía parcial, siempre existe el riesgo de que haya necesidad de realizar una nefrectomía radical.
En la mayoría de los casos el abordaje quirúrgico preferido para realizar esta cirugía es la cirugía robótica ya que aporta grandes ventajas, pero también se puede realizar mediante cirugía laparoscópica.
Ventajas y beneficios de la nefrectomía para tratar tumores de riñón
En el caso de la nefrectomía parcial, el abordaje mediante cirugía laparoscópica asistida por robot da Vinci tiene múltiples ventajas:
- Nos permite tener una visión tridimensional y así delimitar mejor la lesión y sus bordes.
- Nos permite extirpar la lesión con más precisión disminuyendo así la tasa de márgenes positivos.
- Nos permite suturar el defecto que queda en el parénquima renal con más seguridad para evitar sangrado en el postoperatorio.
- Todo lo anteriormente mencionado ayuda a disminuir el tiempo de isquemia necesario para realizar con seguridad la exéresis del tumor y la reparación del defecto del riñón, esto se traduce en menor riesgo de daño a la función renal.
- Dado que es un abordaje mínimamente invasivo la recuperación postoperatoria es más rápida, con menor tiempo de hospitalización y menos dolorosa.
La principal diferencia con los abordajes convencionales son el tiempo operatorio y la mayor seguridad de la técnica quirúrgica.
Urólogos especialistas en cirugía robótica en Madrid
El equipo de Ramírez Urología del Hospital Ruber Internacional cuenta con una experiencia de más de 15 años en cirugía mínimamente invasiva utilizando el robot da Vinci, siendo referentes en la especialidad de urología.